LAS REDES SOCIALES

LAS REDES SOCIALES Y TWITTER

FUENTE: iNTERNET

AUTOR: CECILIA PALADINES

Las redes sociales se están convirtiendo en un medio clave a través del cual nos comunicamos entre nosotros: están en el centro de las estructuras mismas de nuestras interacciones diarias. Sin embargo, esta inclusión no es exclusiva de las relaciones interpersonales. Los líderes políticos, los gobiernos y los estados operan dentro de este entorno de redes sociales, en el que continuamente abordan las crisis e instituyen el control de daños a través de plataformas como Twitter. Aquí surge la pregunta de qué significa el giro a Twitter para las estructuras convencionales de poder y los diferentes niveles de comunicación.

Fuente: internet

Las redes sociales impregnan nuestra vida diaria, desde cómo nos comunicamos entre nosotros, hasta actuar como fuentes clave de noticias e información, las redes sociales están en el centro de las estructuras mismas de nuestras interacciones diarias. La “telemediatización” ha llegado a definir cómo la proliferación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) influye en los “ritmos cotidianos de la vida social” (Hutchins, 2011, p. 240).

Las cuentas de Twitter afiliadas a gobiernos, líderes estatales y legisladores se utilizan aparentemente para comunicarse de forma directa con el público nacional y extranjero, como una estrategia clave de diplomacia pública o " #Diplomacia digital ". Sin embargo, estos identificadores de Twitter se han utilizado cada vez más para dirigirse a individuos específicos de maneras que a menudo contradicen una conducta apropiada y pueden equivaler a "trolling": publicar mensajes incendiarios directamente a otros usuarios para provocar una respuesta igualmente reaccionaria. Abundan los ejemplos: considere la disputa en Twitter del presidente de Ruanda, Paul Kagame en 2011, con el periodista de The Guardian, Ian Birrell, por denuncias sobre abusos contra los derechos humanos, durante la cual Kagame tuiteó que Birrell “no tenía ningún derecho moral” (The Guardian. 2017).

VÍDEO DE REDES SOCIALES

El anonimato percibido que Twitter puede proporcionar a través de identificadores disfrazados también es un factor en la mayor instancia de expresiones de vistas y contenido dañino a través de esta plataforma de redes sociales. Ser negativo en Twitter se ha relacionado con un mayor éxito en las campañas electorales (Ceron y d'Adda 2016), lo que subraya una fuerte correlación entre las expresiones de sentimiento negativo y los tuits. También se suele representar que Twitter conlleva un riesgo inherente tanto para la reputación individual como grupal. Este riesgo se traslada a cómo los grupos terroristas utilizan esta tecnología con fines de reclutamiento y movilización, y los gobiernos están cada vez más preocupados por su capacidad para facilitar la comunicación militante y promover el terrorismo (Friis, 2015, p. 729). Esta mayor preocupación por la violencia de actores no estatales también ha llevado a los gobiernos a utilizar Twitter con fines de vigilancia; incluso hay casos en los que los estados han utilizado Twitter para interrumpir y reprimir los debates de la sociedad civil.

Las declaraciones en Twitter tienen la capacidad de representar emociones y también de provocar fuertes reacciones emocionales de otros usuarios, lo que lleva a debates a gran escala que se integran en los resultados políticos fuera de línea. El papel de las redes sociales en la facilitación de expresiones emocionales como la ira, el disgusto, la simpatía o la empatía plantea preguntas sobre la dinámica cambiante de poder entre los estados y sus públicos y qué significa este cambio en la comunicación para las respuestas estatales a las crisis políticas.

Podría decirse que el uso de Twitter desafía la dinámica relacional entre los estados y sus públicos nacionales y extranjeros y está implicado en el poder y la proliferación de actores no estatales en las relaciones internacionales. Al hacerlo, las redes sociales, y Twitter en particular, tienen la capacidad de desafiar la aceptación convencional de lo que es la política —en términos formales centrados en el estado— y quién puede participar, expandiendo y fortaleciendo perspectivas políticas arraigadas.